viernes, 1 de junio de 2012

Cazadora de astros
REMEDIOS VARO
Pintora española que llegó al surrealismo de la mano de Paul Eluard y André Breton e introdujo este estilo en México. Nació en Girona en 1908, en 1917 se traslada a Madrid donde ingresa en la Academia de San Fernando en 1924. Allí permanece seis años, coincidiendo con Maruja Mallo y Dalí. En 1932 se instala en Barcelona donde entra en contacto con la vanguardia catalana. Tras su matrimonio con el poeta francés Benjamin Péret, se traslada a París en 1937 donde entabla amistad con los teóricos del surrealismo, estilo que introduciría en México tras su llegada en 1940. En 1947 se separa de Péret y marcha a Venezuela donde permanece hasta 1949. En 1953 regresa a México, reencontrándose de nuevo con la pintura y hallando por fin un estilo personal, que le dará fama mundial hasta su muerte en 1963. En estos diez años alcanza la madurez pictórica y conoce el éxito de crítica y público. Entre las obras de este periodo destacan: Las hojas muertas (1956), Au bonheur des Dames (1956), La Ascensión al Monte Análogo y Naturaleza muerta resucitando (1963). Dentro del estilo surrealista que domina, su propio estilo es espiritual, lleno de simbolismo, donde las figuras ascienden a través de lo etéreo con un cierto aire mágico y de misterio, creando una atmósfera densa. Sus cuadros son cuidados y, en muchos casos, llenos de recuerdos de su infancia. El gusto por los temas esotéricos y la alquimia nos transporta a la pintura del Bosco con la que tiene ciertos puntos en común.
"Remedios Varo es una de las más grandes pintoras surrealistas del siglo pasado, pese a lo cual su obra resulta bastante desconocida. Supe de ella a través de unos amigos: me dediqué entonces a estudiar su pintura y me fascinó su misterio. A patir de ahí las resonancias de ese misterio poblaron mi escritura. Empecé a identificarme con su vida, leí todos los libros que se habían publicado sobre ella y me di cuenta de que concebíamos la existencia y el arte de la misma manera: la vida no merece la pena ser vivida sin arte. Una tarde, en una playa, tuve el presentimiento de que me rondaba muy de cerca, que escuchaba mis susurros, y aunque sé con claridad que esas visiones forman parte de mi cotidianeidad como escritora, no he querido que Remedios Varo desaparezca como lo han hecho personajes de mis otras novelas una vez terminadas. Escribí La cazadora de astros para que ella no se fugara de mí nunca. Y creo que lo conseguiré, porque a través de su historia he podido contar la mía, sin rencores, con pasión, con amor, con razón." -ZOÉ VALDÉS- (texto de la solapa interior trasera).